Soñar es gratis

 
Antes de ayer fui feliz. Así. A pesar de los problemas, las preocupaciones, la mala suerte que me persigue desde que comenzó 2008. Se puede decir que el 16 de enero en Cuzco fuimos felices. Mi primer día realmente feliz desde que comenzó el año. No estaba sola porque la alegría para que sea felicidad plena, yo creo, debe ser siempre compartida. El caso es que estuvimos toda una mañana planeando nuestra futura página web. Ya hemos reservado nuestro dominio que será finalmente www.diaspora.es y que tiene más significado del que a simple vista parece. Ya tenemos habladas nuestras secciones y nos hemos repartido nuestro primer reportaje que será sobre la tesina que entregamos en octubre. Todo, poco a poco, va cogiendo forma. Faltan detalles, como definir nuestro público objetivo o el diseño de la página, por ejemplo. Pero de repente vuelvo a tener esperanza. Y un día cuando nuestro proyecto sea famoso y recibamos millones de cv para que les contratemos como colaboradores nos acordaremos de aquel día en plena castellana con un viento huracanado donde planeamos nuestro futuro, desayunamos en el rodilla mientras hacíamos lluvia de ideas hasta que se nos ocurrió el nombre de diáspora, saltamos de felicidad, fuimos a un ciber a registrar nuestro dominio, y luego a la hora de la comida nos era difícil, incluso, tomarnos esas hamburguesas tan ricas en Alfredo’s Barbacue por la emoción y las ideas que se nos iban acumulando. ¡Vaya día! 
 

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Una habitante más
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